Peter Donovan, Teniente del Ejército de los Estados Unidos, está al mando de un grupo de soldados que combaten al Norte de Kuwait en la Guerra del Golfo Pérsico (1991). En pleno desierto de Irak, el grupo cae en una emboscada y tiene lugar una gran masacre. Peter sobrevive no solo a la masacre sino a un acontecimiento sobrenatural y aterrador en un sepulcro bajo las arenas del desierto. De dicho sepulcro Peter recoge un amuleto que se lleva con él.
Años después, habiendo abandonado las Fuerzas Armadas, Peter reside en Lago Feliz, un lugar aparentemente tranquilo en el que vive feliz junto a su mujer y su hijo y donde ha intentado olvidar los horrores de la guerra. Es el Sheriff del pueblo y comparte con sus vecinos una muy buena amistad.
Un día en el que los amigos se reúnen, deciden jugar con la Tabla Ouija y casualmente utilizan el amuleto que Peter obtuvo del sepulcro, abriendo así paso a una serie de sucesos de destrucción y muerte. Se inicia aquí una lucha encarnizada entre el bien y el mal.
La historia desde luego engancha desde el principio. Empecé a leer el libro una noche y a las pocas páginas decidí que la noche no era el mejor momento para continuarlo. Las escenas que se recrean en la imaginación son realmente espeluznantes, algunas incluso me han resultado puramente gore. Es sencillo ver pasar por la mente la historia como si de una película se tratara. No hay lugar para el descanso, los acontecimientos se suceden de forma impactante y sin dar tregua a sus personajes ni a la imaginación del lector.
Peter Donovan es el personaje principal de la novela, pero hay otro que llama mucho la atención, el Padre Josh Carter, uno de los amigos de Peter que se ve involucrado en el juego de la Ouija y los acontecimientos que después se desarrollan, provocando así el debate en su interior sobre la fe y la religión, la vida y la muerte, Dios y el Diablo.
En cuanto al lenguaje, es ágil, directo, sin rodeos de ningún tipo en la descripción de detalles, en algunos casos demasiado fuerte para estómagos sensibles no acostumbrados a este tipo de lecturas. Me han llamado la atención muchas expresiones para mi prácticamente desconocidas que se utilizan en los diálogos, pues son expresiones hispanoamericanas a las que no estoy habituada. Me ha gustado este detalle, creo que es interesante encontrarse a veces con diversidad de lenguas.
El punto débil de la novela son los fallitos en la redacción, principalmente los signos de puntuación, pero si eres amante incondicional de este género y te adentras en la historia a buen seguro lo que menos te importará serán estos detalles.
En definitiva, una novela de lo más entretenida para pasar un rato terrorífico.
Años después, habiendo abandonado las Fuerzas Armadas, Peter reside en Lago Feliz, un lugar aparentemente tranquilo en el que vive feliz junto a su mujer y su hijo y donde ha intentado olvidar los horrores de la guerra. Es el Sheriff del pueblo y comparte con sus vecinos una muy buena amistad.
Un día en el que los amigos se reúnen, deciden jugar con la Tabla Ouija y casualmente utilizan el amuleto que Peter obtuvo del sepulcro, abriendo así paso a una serie de sucesos de destrucción y muerte. Se inicia aquí una lucha encarnizada entre el bien y el mal.
La historia desde luego engancha desde el principio. Empecé a leer el libro una noche y a las pocas páginas decidí que la noche no era el mejor momento para continuarlo. Las escenas que se recrean en la imaginación son realmente espeluznantes, algunas incluso me han resultado puramente gore. Es sencillo ver pasar por la mente la historia como si de una película se tratara. No hay lugar para el descanso, los acontecimientos se suceden de forma impactante y sin dar tregua a sus personajes ni a la imaginación del lector.
Peter Donovan es el personaje principal de la novela, pero hay otro que llama mucho la atención, el Padre Josh Carter, uno de los amigos de Peter que se ve involucrado en el juego de la Ouija y los acontecimientos que después se desarrollan, provocando así el debate en su interior sobre la fe y la religión, la vida y la muerte, Dios y el Diablo.
En cuanto al lenguaje, es ágil, directo, sin rodeos de ningún tipo en la descripción de detalles, en algunos casos demasiado fuerte para estómagos sensibles no acostumbrados a este tipo de lecturas. Me han llamado la atención muchas expresiones para mi prácticamente desconocidas que se utilizan en los diálogos, pues son expresiones hispanoamericanas a las que no estoy habituada. Me ha gustado este detalle, creo que es interesante encontrarse a veces con diversidad de lenguas.
El punto débil de la novela son los fallitos en la redacción, principalmente los signos de puntuación, pero si eres amante incondicional de este género y te adentras en la historia a buen seguro lo que menos te importará serán estos detalles.
En definitiva, una novela de lo más entretenida para pasar un rato terrorífico.
Gracias a Fernando Sobenes por haberme dado a conocer su novela y haberme facilitado tan amablemente un ejemplar de la misma.
Pues no me disgusta a mí el terror de vez en cuando, y mira que soy miedosa... Me lo anoto como futurible.
ResponderEliminarBesines,
Ah y espero que ya estés curadita del todo.
No me apetece de momento. Besos
ResponderEliminarYo lo leí, y me pasó como a ti. Por la noche tuve que descartar su lectura... Y es que tiene algunas escenitas...Pero está muy bien, que si una novela de terror no da miedo, mala es... Muy buena la reseña.
ResponderEliminarBesotes!!!
Carmen, así así ando aún con el dicho resfriado, pero al menos me volvieron las ganas de leer, que ya es mucho! Jeje! :)
ResponderEliminarTengo ganas de hacerme con ella en papel, a ver cuándo toca =)
ResponderEliminarBesotes
He visto ya varias rreseñas positivas, no lo descarto...Un beso!!
ResponderEliminarMuchas gracias por tu reseña querida Sandra, me alegra mucho que te haya gustado mi novela. Recibe un gran abrazo y un saludo para todos tus lectores, desde Maracaibo, Venezuela. Muchos éxitos...
ResponderEliminarFernando Sobenes